Corre Pibe corre
Deberíamos llegar corriendo al mundo, no llorando.
Si total después todo es a las corridas: el jardín, la primaria y la secundaria sumada a los estudios de inglés, deportes varios a la tarde, después la facu y quizá sin haberla terminado ya empezar a trabajar. Así los años pasan a las corridas y ya acabamos de empezar uno nuevo. Como siempre cuando un año comienza, nos llenamos la boca de promesas de cosas a hacer, proyectos a retomar, concretar aquello que todavía no logramos, como por ejemplo poder armar un fulbo por semana o salir a correr.
Esta vez prometí y cumplí así que ayer di la vuelta al hipódromo y tachame la doble, después fui a jugar al fulbo.
Ahora me duele cada músculo de mi cuerpo.
Creo que me voy a poner a llorar.