Hicimos tanta comida para festejar mi recibimiento que parecía que hubiera terminado la carrera de chef. No tenía ganas de andar lavando, así que era todo para picar. Entre las delicatessens que preparamos habían: mollejas con champignones, pan de campo al horno con queso brie, albondiguitas con panceta, brochettes, unos pañuelitos de masa filo con capresse y otros con champignones y queso que eran una locura, y gracias a la ayuda de mi hermana, de postre había unos brownies increibles.
A pesar que chupamos una bocha, sobró un fernet que hoy cuando me junte con los chicos pienso llevar para liquidarlo. Después saldremos al boliche. Cualquiera que vaya hoy a pachá me va a poder reconocer por la bocha rapada.