Practicando para ser 8ucay
Sorprendido estaba Fernández. Ya habían pasado más de 48 horas desde que había salido del consultorio y seguía pasmado. Una lágrima, ¿a quién se le ocurre? Tanto lo había sorprendido la médica con la petición que seguía recreando la situación una y otra vez en su cabeza. -En el frasquito chiquito me trae la primer orina de la mañana, en el grande va a tener que traer una muestra de heces, en el más blanquito y chato, una muestra de semen, y en el tubito con izopo me trae una lágrima-. Que idiota se sintió cuando le ofreció a la doctora el izopo empapado con una lágrima exprimida luego de refregar su ojo. Ella levantó sus cejas y abrió un poquito los ojos, sin que la expresión de su cara cambiara mucho y dijo -De llanto Fernández, una lágrima de llanto-. Toda la semana estuvo intentándolo. Empezó concentrándose en pingüinos empetrolados u osos pandas en extinción, pero se sintió ridículo de inmediato. Después pasó por el video club y se alquiló toda la sección de drama. A esa altura si le caía una lágrima era de lo irritado que se le habían puesto los ojos de tenerlos frente a la tele. Cuando rememoró los momentos tristes de su infancia estuvo a punto de lograrlo cuando recordó la muerte de su pez y su sepultura en el inodoro. Pero no. Llegó en ese momento a la conclusión de que no podía llorar, que si le hacían el análisis a la exprimida lágrima que había sacado en un primer momento seguro el resultado sería que estaba vencida, ya no podía recordar cuando fue la última vez que había llorado. Afligido, cansado, con un enjambre de pensamientos en su cabeza se sentó en su sillón preferido del living, ese donde cada vez que volvía preocupado del trabajo se sentaba a meditar, apoyó los codos en sus rodillas, agachó la cabeza tapando su cara con las manos y ¿qué pasó? Nada, ¿no ven que no podía llorar? Al otro día presentó todas las otras muestras que gracias a Dios le dieron bien, le comentó el tema del llanto a la doctora que le dijo -Y bueno, qué se le va a hacer- y eso fue todo. ¿Usted tiene algo que agregar doctora? -No, nada-. ¿Usted Gutiérrez? -Fernández-. Es lo mismo!