Salgo a dar vueltas por el edificio y miro las demás sillas. Por supuesto al ser una empresa capitalista, todas las del personal general son iguales. Si te asomás a las salas de reuniones, encontrás unas muy parecidas pero con el acolchadito más espeso, como para que a la gente que viene de visita no se le rompa el orto mientras le rompen el orto. Ni hablar de las que están en las oficinas. A medida que crece la jerarquía crece la silla en comodidad y tamaño del respaldo. Imagino que si uno llega a entrar en la oficina del capo encontrará a una persona minúscula sentada en un trono gigantesco que llega al techo. Negro, eso sí, nada de colores dorados y gemas, acá todas las sillas son negras. ¿Llevarán luto por qué?