Salí de adentro tuyo!
jueves, mayo 05, 2005
 
Cómo sacarse las zapatillas cuando uno tiene olor a pata.

El objetivo de este post es aconsejar a mis queridos lectores sobre cómo evitar un momento desagradable como el descripto en el título. Imaginemos que nos encontramos en la situación de tener que reunirnos con un grupo de inversionistas japoneses, ese tipo de reuniones que nosotros los bloggers habitualmente tenemos. Para acatar las costumbres y el protocolo de estas personas, inevitablemente tendremos que sacarnos el calzado para sentarnos en esas mesitas ratonas que nos dejan todo acalambrados. Pero, ¿qué hacer si descubrimos que nuestros pies emanan una baranda insoportable? Aquí unos prácticos consejos:

-Lo primero que se me ocurre es dejar que alguno de los ponjas se saque primero sus zapatos y ahí nos los sacamos nosotros a la vez que le decimos -Qué baranda tenés, flaco!- (en japonés). De esa manera todos van a sentir ese horrible olor pero van a pensar que viene de él, y dada la importancia de la reunión, nadie va a andar oliendo pata por pata para corroborar de quién viene. Si eso ocurriere es muy recomendable saber karate, aunque no creo que ayude de mucho.

-Otra recomendación es entrar primero a la sala y flatulenciarse o tirarse un pedo, como se dice vulgarmente. Es importante que éste sea uno silencioso (los famosos Luisssssss). Así cuando uno se saca los zapatos, el olor a pata va a ser sólo un complemento de la gran baranda del lugar.

-En el caso de que la mesa de reuniones sea grande, de manera que, por la distancia, sólo quien está al lado de uno pueda llegar a oler, se recomienda no disimular de ninguna manera. Simplemente agarran un cuchillo o cualquier objeto contundente de las zonas aledañas y le dicen al compañero -Calladito, eh!- (en japonés). Si a pesar de la amenaza, el ponja llegare a hablar, otra recomendación o Plan B sería sacarse toda la ropa y correr en pelotas alrededor de la mesa. De esta manera la baranda sí se va a notar pero no le van a prestar atención.

-Finalmente, la manera más honorable de salvar la situación es la siguiente: Una vez en la sala, y previo al deszapatillamiento, les decimos a los japoneses que en Argentina la costumbre es darse vuelta mientras el otro se descalza. Así aprovechamos cuando los ponjas no están viendo y saltamos por la ventana, corremos hasta el maxikiosco de la esquina, agarramos un eficient, un par de bonobones, hacemos un pagadios y volvemos twistereando a la reunión. Ahí nos acicalamos, les avisamos a los ponja que pueden darse vuelta y les regalamos los bonobon para compensar la espera. Así quedan todos felices, en especial los pies, porque un pie eficient...

Espero que os haya iluminado.
 
Posteo, luego existo.

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