Ya arranqué mal saliendo tarde de casa. Además, cuando llegué a la parada del charter tardaba en llegar. Empecé a pensar que iba a llegar muuuy tarde. Cuando finalmente aparece, se asoma el chofer por la ventanilla y nos dice a las cuatro personas que estabamos esperando: "No hay lugar aca, ya está viniendo un remis".
"Perfecto", pensé. El remis no da vueltas, es más cómodo y llega a los pedos. Me subo, me acomodo en el asiento de adelante con el aire acondicionado. Hasta ahí todo perfecto.
De repente me percato de lo que está sonando en la radio: Luis Miguel. No por Dios, cambienle! Si hay algo que no aguanto es una canción de este tipo, siento que me están tirando un barril de dulce de leche rancio y pegajoso encima y me ponen al sol. Pero el verdadero terror, pavor del que te crispa los nervios lo sentí cuando me di cuenta que no era la radio... el remisero tenía puesto un cd y recién iba por el tema 2!!!
Todavía me duele la panza.